He tocado la herida más profunda y bienvenida sea.
He llorado hasta cansarme, me he dormido despierta.
He podido sentir ese dolor tan huérfano, esa niñita tan desabrazada, tan sola de mí.
Otra piel que se cae. Otro cielo después de la tormenta.
Hoy voy dando pasitos y me ovillo en cada pausa.
Me abrazo largo.
Voy lenta. No hay otro ritmo, otro pulso que pueda seguir.
Todo está bien aún en la tristeza.
Mi princesa rebelde se sonríe,
ella sabe de silencios y de esperas.
©Germana Martin
Arte que acompaña el texto: Andrea Kürti